martes, 14 de mayo de 2013

Crónica de un futuro posible


El último libro



El grupo especial de policía del estado tenía fundadas sospechas, no había duda alguna de que el anciano tenía, o sabía dónde se encontraba aquel objeto maldito.
De nada sirvieron los interminables interrogatorios; técnicas que solo se aplicaban a terroristas del más alto nivel. El desdichado no les facilitó de ninguna manera la información que requerían de él.
Como último recurso, y a la espera de nuevas y más crueles sesiones, le enviaron a una sombría celda. Antes de encerrarlo pasó por la obligatoria ducha de agua fría.
Allí estaba el codiciado objeto a la vista de sus verdugos: no quedaba un centímetro  de su piel sin tatuar.
Después de ser despellejado, el libro, aún vivo, fue arrojado al montón destinado al fuego purificador.
Solo estaba permitido el libro digital.



4 comentarios:

Manuel Moreno dijo...

Espero que un mundo así no llegue nunca y que el libro escrito en un soporte que pueda tocarse -aunque sea en la piel de un viejo- siempre exista. Pero la era digital es imparable. Me ha gustado el texto, que, aunque lleva a una situación extrema fruto de la imaginación del autor, permite reflexionar sobre el futuro del libro impreso en papel.

Anhermart dijo...

Manolo, gracias por leer y comentar mi texto.Seguro que no se llegará a tanto pero la tentación del autor por plantear situaciones límite es irrefrenable.
Saludos.

Salomé Guadalupe Ingelmo dijo...

Esta noche tendré pesadillas. Ciertamente lo digital nos ha facilitado mucho la existencia, pero no quiero ni imaginar un mundo sin lecturas sobre papel. Abrazos.

Anhermart dijo...

Salomé, gracias por pasarte por aquí y comentar. Esperemos que mi texto se quede en esa exageración que planteo y no vaya más allá. seguro que siempre podremos disfrutar del libro de papel.
Un abrazo.