Mijail y Svetlana están destrozados. Tras el aviso por teléfono de la policía local de San Petersburgo han acudido todo lo deprisa que pudieron al hospital de su ciudad. Su único hijo, Yuri, un joven de no más de veinte años, ha tenido un aparatoso accidente con la motocicleta que conducía. Un automóvil ha impactado contra él en un cruce y su estado es de máxima gravedad.
Mijail y Svetlana esperan en una sala; callados, sollozando. Rezan en silencio con la esperanza de que en el quirófano ocurra un milagro.
Después de algo más de una hora aparece un médico. Su semblante, el gesto en su caminar…todo hace presagiar lo peor. La terrible noticia deja a los padres desolados: “No hemos podido hacer nada, lo siento mucho”, dice cabizbajo el doctor Alexey.
A la memoria de Mijail acude el recuerdo de un programa televisivo de divulgación científica que estuvo viendo días atrás. Hablaban de la “Teoría de cuerdas”, atribuida al científico Jöel Scherk; algo relacionado con la composición del universo, de su materia. Vagamente pasan por su cabeza conceptos, imágenes, representaciones, : “La teoría de cuerdas tiene profundas implicaciones en nuestra visión de la Naturaleza. En la teoría de cuerdas, las diferentes partículas son simplemente diferentes modos de vibración de un único tipo de cuerda. Es más, determinados modos de vibración corresponden a las partículas portadoras de las interacciones fundamentales. Por tanto, implica una unificación definitiva, donde todas las partículas e interacciones reciben una explicación en términos de un solo tipo de objeto”. Extrañas explicaciones sobre la complejidad de las dimensiones que podrían convivir al unísono en nuestro espacio tiempo. Recuerda algo sobre la descabellada teoría de las once dimensiones posibles en las que podríamos estar existiendo aunque seamos solo conscientes de hacerlo en una sola de ellas. Mundos paralelos en los que hay la posibilidad de que seamos habitantes a la misma vez que en el que conocemos. Las mismas personas, los mismos actos, nuestro propio yo y el de nuestros seres queridos viviendo en esos mundos desconocidos pero tan reales como el de aquí y ahora.
Un torbellino de ideas nubla su mente y sin pensar más se incorpora y corre por el pasillo del hospital a toda velocidad hacia una ventana que da a un patio de luces. Está en la séptima planta del edificio. Se lanza al vacío destrozando el cristal que lo separa de él y cae segundos después impactando brutalmente de cabeza contra el asfalto.
Mijail está en la sala de espera de un hospital junto a Svetlana, su esposa. El doctor Alexey está a punto de traspasar la puerta que da paso a los quirófanos. Él lo ve venir y no espera, sabe lo que va a escuchar.
Se levanta sin decir nada y ante los ojos espantados de su esposa y el doctor salta por la baranda de la escalera y se precipita por el hueco hasta caer, siete pisos más abajo, en el fondo embaldosado.
Mientras cae acude a su cabeza, como en una vertiginosa ráfaga, la visión de sus otras nueve realidades.
Mijail está en su cama y suena el teléfono. Son las cuatro de la mañana y quien llama es la policía local para decirle que su hijo…
No espera más; va hasta el balcón de su vivienda y se arroja hasta la calle desde la séptima planta. Extrañamente y en contra de toda lógica es consciente en esas situaciones de su existencia anterior. Si las teorías son ciertas aún tiene ocho posibilidades más. Está dispuesto a arriesgarse y agotar las que sean necesarias.
Mijail está medio adormilado, sentado en su sofá y frente al televisor. Están dando un programa de divulgación científica en el que hablan de una extraña teoría elaborada por dos científicos: Jöel Scherk y John Schwarz, sobre cuerdas. Hablan de otras dimensiones…cuando escucha el sonido metálico de la cerradura de la puerta de acceso a su casa. Momentos después aparece en el salón su hijo Yuri. Aparenta unos quince años de edad y viene cargado con una mochila llena de libros y material escolar. Mijail se incorpora de un salto y corre hacia él para abrazarlo. El joven se aparta discretamente rehuyendo el abrazo , no entiende a qué viene esa muestra de cariño cuando, pocas horas antes, se fue de casa muy enfadado tras una tirante discusión con su padre por la negativa tajante de este a comprarle una motocicleta, de baja cilindrada, con la que desplazarse hasta el instituto.
Mijail está en la sala de espera de un hospital junto a Svetlana, su esposa. El doctor Alexey está a punto de traspasar la puerta que da paso a los quirófanos. Él lo ve venir y no espera, sabe lo que va a escuchar.
Se levanta sin decir nada y ante los ojos espantados de su esposa y el doctor salta por la baranda de la escalera y se precipita por el hueco hasta caer, siete pisos más abajo, en el fondo embaldosado.
Mientras cae acude a su cabeza, como en una vertiginosa ráfaga, la visión de sus otras nueve realidades.
Mijail está en su cama y suena el teléfono. Son las cuatro de la mañana y quien llama es la policía local para decirle que su hijo…
No espera más; va hasta el balcón de su vivienda y se arroja hasta la calle desde la séptima planta. Extrañamente y en contra de toda lógica es consciente en esas situaciones de su existencia anterior. Si las teorías son ciertas aún tiene ocho posibilidades más. Está dispuesto a arriesgarse y agotar las que sean necesarias.
Mijail está medio adormilado, sentado en su sofá y frente al televisor. Están dando un programa de divulgación científica en el que hablan de una extraña teoría elaborada por dos científicos: Jöel Scherk y John Schwarz, sobre cuerdas. Hablan de otras dimensiones…cuando escucha el sonido metálico de la cerradura de la puerta de acceso a su casa. Momentos después aparece en el salón su hijo Yuri. Aparenta unos quince años de edad y viene cargado con una mochila llena de libros y material escolar. Mijail se incorpora de un salto y corre hacia él para abrazarlo. El joven se aparta discretamente rehuyendo el abrazo , no entiende a qué viene esa muestra de cariño cuando, pocas horas antes, se fue de casa muy enfadado tras una tirante discusión con su padre por la negativa tajante de este a comprarle una motocicleta, de baja cilindrada, con la que desplazarse hasta el instituto.
Mijail da las buenas noches a Yuri y se va directamente a la cama. Svetlana duerme ya desde hace algunos minutos. Él la besa delicadamente y no tarda nada en quedarse plácidamente dormido.
Cuando despierta a la mañana siguiente un remolino de imágenes incomprensibles revolotean por su cabeza y tiene la certeza de haber estado soñando en algo relacionado con que volaba pero no consigue hilvanar las imágenes para que tengan un sentido. Se fuerza en recordar y cada vez que lo hace se vuelven más borrosas, hasta que solo queda un leve rastro en su mente de haber tenido una pesadilla de no sabe qué.
Abre la ventana y se deja inundar por la luz de la mañana de San Petersburgo.
Cuando despierta a la mañana siguiente un remolino de imágenes incomprensibles revolotean por su cabeza y tiene la certeza de haber estado soñando en algo relacionado con que volaba pero no consigue hilvanar las imágenes para que tengan un sentido. Se fuerza en recordar y cada vez que lo hace se vuelven más borrosas, hasta que solo queda un leve rastro en su mente de haber tenido una pesadilla de no sabe qué.
Abre la ventana y se deja inundar por la luz de la mañana de San Petersburgo.
El teléfono de su despacho suena insistentemente.
Tal vez otros ocho Mijail están haciendo lo mismo en otros tantos San Petersburgo..
Quien puede saberlo a ciencia cierta.
Tal vez otros ocho Mijail están haciendo lo mismo en otros tantos San Petersburgo..
Quien puede saberlo a ciencia cierta.
4 comentarios:
Fonsilleda ha dicho:
Original tu historia, de una machacona repetición en escenas de distintas situaciones que, en realidad son la misma. Obsesiva reiteració que me ha tenido pendiente de la teoría, de las cuerdas y de tantas realidades paralelas, iguales ¿o distintas?
Bicos
Me ha encantado este relato con esa teoría de más vidas que un gato, pensaré como acoplar esa idea al próximo mío.
Muchas gracias por tu visita.
No compañero Anhermart, tengo más blogs y escribo en otros sitios también, pero tienes razón en que he dejado ese espacio muy desatendido, quizás por estar más volcado con la poesía.
Trataré de hacer algún relato porque ya le va tocando sí.
Saludos cordiales.
Otra de las historias extrañas, que me gustan mucho, siempre llegan a un punto donde dejas desconcertado al lector, que es cuando realmente se dá cuenta que puede suceder de todo, que el argumento ya se escapa de todo lo que podemos considerar lógico.
Muy bién desarrollada la narración de la experiencia personal que tiene el padre en encontrarse súbitamente en distintas existencias que debe solucionar si no són la que quiere conservar.
Cada una en una situación diferente de la historia conocida.
Lluís:
Me alegra que te guste este relato.
Gracias por leer y comentar.
Saludos
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