martes, 16 de febrero de 2010

Cita en Venecia









La conocí por su blog. Curioseando en el Bloguer dí con ella casualmente y me aficioné a echar un vistazo con bastante frecuencia a sus entradas, que eran muchas, divertidas y picantes. Me llamó mucho la atención su origen ya que era japonesa y afincada en París.

Su exótico nombre me atrapó desde el principio, aficionado como soy a todo lo que tiene que ver con el Imperio del Sol Naciente: Michumi Nokiki. Fue por mi insistencia como comenzamos a cruzarnos mensajes privados hasta conseguir intimar poco a poco.

Michumi conocía mi fisonomía por la fotografía que encabezaba mi blog. Yo no sabía como era porque había una ilustración de tipo Manga en el suyo en la que se veía a una adolescente en pose erótica dibujada en tinta negra.

A partir de la referencia de esa imagen fui dándole forma a su cara y a su cuerpo ,magnificando
sus encantos en mi imaginación de manera exponencial, a medida que transcurría el tiempo.

El caso es que estaba muy intrigado, deseoso de conocerla personalmente. …¡Y por fin llegó la ocasión!; nos citamos en Venecia para el Carnaval.
—¿How I will meet you? ─Le pregunté.
—I will be at twuelve o´clok on the Rialto bridge ─. Dijo Michumi sin más.

Cuando llegué a Venecia me dí cuenta de la dificultad que tendría en encontrarla, había miles y miles de personas inundándolo todo, incluido el famoso puente. De todas maneras fui puntual a la cita.

Una vez bien posicionado en lugar estratégico, a escasa distancia del lugar de la cita, saqué mi teléfono móvil y la llamé. Recordaba su número de memoria, era tal mi apasionamiento por conocer a mi dama misteriosa que lo fijé en mi cabeza como grabado a fuego.

Conseguimos entendernos con nuestro precario inglés, el mío aprendido en un curso por correspondencia.
—Hello, where are you?
—I am here, on the bridge.
—But, where?
—Here, in the middle. I am the girl with the mask.
¡Qué originalidad, allí había más de trescientas personas abarrotando el Rialto, y todas con máscara!
—Take off the mask; it is the only possibility to recognize your face.
—Of course, I do.
Y así fue como la conocí por fin. Destacaba entre todos los que ocupaban el dichoso puente. No había duda, era ella.
─Put on your mask─. Le dije lacónicamente.

Me escabullí de aquel infierno dantesco, de aquella marabunta de diablos enmascarados. Fui deambulando por las calles lejanas al Gran Canal hasta encontrar un café abierto. Me tomé un capuccino y sin tiempo que perder abandoné Venecia y su gran mascarada.

Comprendí entonces el significado de su profético nombre.

15 comentarios:

Fran Rueda dijo...

Te responderé con un chiste.

Dos amigos se encuentran y le dice uno al otro:

—Mira que es fea, tu mujer.
— Si, pero por dentro es muy bella. — dijo el otro para defenderla.
— Pues pélala, pélala.

Pues eso, que las citas a ciegas tienen eso, aunque sean en Venecia, o sobre todo en Venecia, donde la belleza lo inunda todo.

Un abrazo, majete.

Anhermart dijo...

Entrellat
Gracias por tu simpático comentario.
Un abrazo

apm dijo...

!A mí me ha encantao el relato!, es divertido y desenfadado, superoriginal el final... ja,ja,ja, y encima esa gran colección de máscaras venecianas de la foto es molona, claro que, escribiendo como estoy el comentario aquí en la margen derecha no he podido evitar leer el comentario justo a mi izquierda, el de Entrellat y reirme, claro, pero discrepo con él en lo de las citas a ciegas ¿y por qué no?, si lo pensamos bien la vida entera está llena de citas a ciegas de una manera u otra, dí que no!, además, en positivo, siempre en positivo, nada es perdido nunca... y, desde luego, si Paris bien vale una misa, Venecia no lo es menos ¿como que un capuccino y a casa? ainss... pero bueno ¿y el plan B?... venga, dejate querer, y más en carnaval!
Me ha encantado, Andrés

Un besote, ya sabes, uno de esos bien gordos

Alma Mateos Taborda dijo...

Muy bueno! Es un lujo leerte. Magnífica entrada. Un abrazo.

Anhermart dijo...

apm
Se nota que eres de esas personas incombustibles que nada puede con ellas; un derroche de optimismo. No hay mejor cualidad para la supervivencia de la cordura.
Gracias por comentar y por tu alegría.
Besos

Monelle/Carmen Rosa Signes dijo...

Menuda colección de chistes jeje, pero el relato no lo veo yo como uno de ellos. Tuve la suerte de visitar el carnaval de Venecia (algo que recomiendo con los ojos cerrados) en el año 88, aquel fue el febrero más caluroso y soleado de los últimos años, y disfrutamos de toda la magia del carnaval más elegante y bello que creo que pueda existir, y sólo por la belleza que te rodea, es imposible creer que las cosas feas existan, aunque lo realmente feo es el gesto del que sale huyendo, pues si como persona era alguien digno de conocer... ¿qué más dará su verdadera fisonomía? Me gustó perderme por tu relato, pues me trajo bellos y añorados recuerdos.
Besos.
Carmen

Anhermart dijo...

Monelle (esa mujer que ha estado en los mismos lugares que yo)
Aunque está escrito en primera persona opino como tú; es un cobardica que sale con el rabo entre las piernas y ante un fracaso se pierde el resto de la belleza, colorido y un evento único en el que las oportunidades para llevar a cabo las más sofisticadas fantasías están al alcance de cualquier mano.
Me gustan estos personajes perdedores y gilipollas, dan mucho de sí.
Un abrazo.

Otro chiste más sobre lo mismo:

"Era una mujer tan fea que un día se miró al espejo y se suicidó en defensa propia".

...y la réplica para equilibrar el asunto y evitar el rencor:

"El tío es tan feo que cuando nació, su madre, en vez de darle el pecho, le dió la espalda".

Anhermart dijo...

Alma Mateos Taborda
Un placer tenerte por aquí.
Gracias por comentar.
Un beso

fonsilleda dijo...

Jajajajajaja.
Lo he pasado estupendamente. Me ha divertido desde el inicio y me ha bastado para re-confirmar lo nunca aceptado por los hombres respeto a las mujeres: su estupidez casi patológica y lo tontos que se ponen cuando su imaginación vuela y vuela.
Y, los chascos que se llevan.
De todas maneras y limitándome al texto, estupendo y de actualidad.
¿Qué tal los carnavales?
Bicos.

Anhermart dijo...

Fonsilleda
Respondiendo a tu pregunta y abonando tu criterio sobre "nosotros" te diré que muy bien los carnavales; toda la noche disfrazado del Zorro y haciendo mis habituales gracias a todas las féminas que encontraba en el camino: "¡Hola preciosa! ¿Quieres ser mi zorrita? Me dieron tres o cuatro bofetadas...por lo menos. ¡Qué poco sentido del humor "tenéis" algunas! Pero claro... ¿qué otra cosa puede hacer sino un débil e ignorante macho? ¡Si es que estáis muy buenas, jodidas...!

Un beso

Lluís dijo...

Muy bien desarrollada la historia, una vez más tampoco me esperaba el final.

Me hace gracia como cambia la descripción del entorno según el estado de ánimo del protagonista, al principio es apasionado y poético:

[muy intrigado, deseoso de conocerla personalmente. …¡Y por fin llegó la ocasión!]

[inundándolo todo, incluido el famoso puente]

[era tal mi apasionamiento por conocer a mi dama]

Pero, una vez reconocida, la visión se hace agria:

[dichoso puente]

[infierno dantesco, de aquella marabunta de diablos enmascarados.]

[gran mascarada]

Me recuerda una cita a ciegas que me organizó un gran amigo mio (JC.) con una conocida suya (después de la cual no sabia si era tan amigo o todo lo contrario), y yo ante el riesgo de no pasar el primer cara a cara (o 1er round) sin que se me escape una expresión de desagrado en el caso que fuera como el relato, decidí tirar adelante (por mi parte) fuera como fuera ella.

Realmente fuí un gran actor en esos 10 segundos que se te para el mundo y quieres que te trague la tierra, y odias profundamente al amigo que te organizó el encuentro y encima en su casa. (en el primer segundo se me heló la sangre, en el segundo sonreí como un campeón)

Anhermart dijo...

Lluís
My dear friend (que no “mi” boy-friend, que es muy distinto)

Actuaste como un campeón en esa ocasión: primer round; muy bien definido ya que no esperaba menos de ti, un artista marcial.
Las mujeres no suelen valorar el alto concepto de belleza con el que nos movemos, lo ven como algo superficial y por lo tanto nos tachan de superficiales, de niños grandes y se quedan tan frescas.
Hay un dicho:
"La mujer necesita un motivo para hacer el amor, el hombre un lugar".
Ellas necesitan romanticismo, dulzura, delicadeza, sentir...
Nosotros un sitio donde copular, inseminar o polinizar. Pero amigo...que la hembra nos entre por los ojos o de lo contrario ya puede ser la Madre Teresa de Calcuta en bondad, buenos sentimientos o inteligencia que como no tenga un buen culo salimos corriendo y ya nos han visto suficiente.¿Somos débiles ante la carne? ¡Sí! nos gusta de primera calidad, ¡qué le vamos a hacer!
¿Saliste huyendo como un ladrón en la noche en esa ocasión? Aplaudo tu gesto solidario con el resto que somos del mismo gremio que el tuyo; corporativismo a tope, unanimidad…y buen rollo.
Un abrazo, pero sin mariconadas.

Lluís dijo...

Gracias, buen compañero de tatamis.

Lo que sucedió es que, tal como has dicho, me pareció Madre Teresa de Calcuta, pero no en bondad, sinó en edad!

Tenia mi misma edad pero a primera vista me pareció 15 años mayor y mal llevados, luego fuí viendo que no era tanto (o me acostumbré a la horrible visión, podria ser), y como dije, tiré adelante ese dia fuera lo que fuera porque queria evitar a toda costa soltarle un: "bueno... ya quedaremos los 4 otra vez, no se cuando..." sinónimo descarado de: NO ME GUSTAS. Muy violento.

Quise hacerlo en siguientes rounds donde se notara evidente la falta de química, y también pensé que yo podia cambiar de parecer (en esos momentos de "padecer").

La falta de química apareció pronto...

Pero lo peor fué su personalidad, tan insoportable que hizo sombra a su físico (que yo ya habia aceptado, no soy Cristiano Ronaldo para hacerle ascos a nadie).

Y mi falta de caballerosidad llegó todavia más pronto.

Anhermart dijo...

Lluís
¡Espectacular exposición cargada de razones y de fino humor!
Más abrazos, amigo:
Domo arigato

Sonia Antonella dijo...

jjejej Yo encontré esta historia tragicómica...
La apariencias engañan y como idealizamos lo que no vemos, es que somos unos sentidores innatos que le vamos hacer.



Besitos
soni