Andrés Hernández
Escritor
viernes, 5 de junio de 2020
domingo, 2 de septiembre de 2018
miércoles, 1 de agosto de 2018
miércoles, 11 de enero de 2017
Entrevista sobre "El cementerio de las mariposas"
Blog literario:
Antes de meternos de lleno en tu nueva novela, me gustaría conocerte
algo más como escritor, ¿Cuántas obras has escrito y cuál es la que te hace
sentir más orgulloso?
He escrito siete obras en veinte años-empecé a escribir a los
45 y después de una vida de lectura
frecuente y mucho interés por llevar a
cabo mi gran sueño de escribir- : tres
recopilaciones de relatos cortos: “Mi turno”, “Relatos en el tintero”,
“MI Blog”, tres novelas: “El Prisco y compañía”, “El camino de don Fernando”,
“El cementerio de las mariposas” y un libro de cuentos infantiles: “Cuentos
para Eva y Sara”. Me siento orgulloso de todo lo que he escrito hasta el
momento, aun reconociendo que no todo lo que sale de la pluma y se plasma en un
folio es válido o tiene una calidad aceptable.
¿En qué te inspiras al escribir? ¿Quién es tu escritor y tu obra
favorita?
La inspiración para
escribir llega de la urgencia por aportar mi punto de vista sobre lo que me
rodea, nada me es ajeno y siento la necesidad de interaccionar con los hechos y
circunstancias que coinciden en mi tiempo. Mi escritor favorito de siempre es
Miguel de Cervantes y su magistral obra
Don Quijote de la Mancha pero hay otros como Juan Rulfo, Rudyard kipling
o John Kennedy Tool que me entusiasman por su calidad y originalidad…y
muchos otros también.
¿Tienes algún proyecto en marcha?
En estos momentos estoy dedicado de lleno, y
desde hace dos meses, a documentarme sobre una época, unos hechos y un lugar de
la geografía de nuestro país en donde ocurrieron unos sucesos de tal
envergadura que me han inspirado con tal fuerza que, espero, acabará en una
nueva novela.
En tu nueva novela encontramos personajes muy dispares, ¿Te identificas
con algunos de ellos? ¿Cuál es tu personaje favorito?
Mi personaje favorito de “El cementerio de las
mariposas” es Mariano, y la explicación es porque era mi mejor amigo en la vida
real y falleció inesperadamente a la edad de cincuenta años. Lo hice personaje
de esta historia como homenaje a su recuerdo, a nuestra buena amistad desde la
infancia. No, no me identifico con ninguno de los personajes de esta última
novela, es más, no suelo hacer ningún personaje con el que me sienta
identificado porque huyo expresamente de que en mis novelas se pueda llegar al
equívoco, muy frecuente, de ser interpretadas como algo biográfico lo que en ellas
se propone. Nada más lejos de mi intención que escribir sobre mis propios
sentimientos.
Cuando presentas a uno de los personajes comentas que no le gusta su
ciudad natal, Sabadell, ciudad donde has vivido toda tu vida ¿Es el reflejo de
tu opinión?
Nada que ver con mi opinión ya que amo mi ciudad, Sabadell.
Todo lo que en la novela explico sobre Mariano y su relación con el barrio y
ciudad en la que vivía es real, yo lo conocía a fondo y sé cómo pensaba, qué
sentimientos, complejos e inquietudes tenía y así lo he reflejado para
acercarlo lo más posible a su realidad.Todo lo que he escrito hasta ahora es
producto de inquietudes, necesidades imperiosas de aportar mi punto de vista
sobre hechos que han alterado lo suficiente mi capacidad de sorpresa como para
no pasar de largo sin reaccionar. Este caso fue un golpe terrible para mi grado
de aceptación de las vilezas humanas; el personaje en cuestión vivía dos plantas
por encima de mi vivienda y nada hacía sospechar que aquel joven de veinticinco
años tan amable y educado fuera un salvaje. Llevé esa historia cuarenta años en
la cabeza hasta que decidí escribirla para que no se olvidara tan fácilmente.
Varios de los hechos que ocurren en el libro están basados en crímenes
reales, ¿Por qué decidiste inspirarte en ellos para escribir esta novela?
Todo lo que he escrito hasta ahora es producto de inquietudes, necesidades imperiosas de aportar mi punto de vista sobre hechos que han alterado lo suficiente mi capacidad de sorpresa como para no pasar de largo sin reaccionar. Este caso fue un golpe terrible para mi grado de aceptación de las vilezas humanas; el personaje en cuestión vivía dos plantas por encima de mi piso y nada hacía sospechar que aquel joven de veinticinco años tan amable y educado fuera un salvaje. Llevé esa historia cuarenta años en la cabeza hasta que decidí escribirla para que no se olvidara tan fácilmente.
Todo lo que he escrito hasta ahora es producto de inquietudes, necesidades imperiosas de aportar mi punto de vista sobre hechos que han alterado lo suficiente mi capacidad de sorpresa como para no pasar de largo sin reaccionar. Este caso fue un golpe terrible para mi grado de aceptación de las vilezas humanas; el personaje en cuestión vivía dos plantas por encima de mi piso y nada hacía sospechar que aquel joven de veinticinco años tan amable y educado fuera un salvaje. Llevé esa historia cuarenta años en la cabeza hasta que decidí escribirla para que no se olvidara tan fácilmente.
¿El resto de los personajes son totalmente ficticios?
Excepto el protagonista principal y mi amigo Mariano, sí;
todo el resto es ficción, aunque la niña y su madre están inspiradas en
personas que conozco pero que ellas no están avisadas, ni lo estarán; son las
licencias que se permite el escritor, sus pequeños secretos.
¿Qué parte es la que más te ha costado escribir?
En realidad la parte que más me ha costado – de contenerme-
es la que no he escrito. Esta novela tenía el doble de páginas en mi cabeza;
era una historia más compleja y llena de situaciones y diálogos que al final, y
después de algunas urgencias por terminarla en un tiempo determinado y poder
publicarla en cierta fecha, decidí no extenderme más y finalizarla en un punto
que no era lo que había proyectado pero que me pareció moderado. Me costó
contenerme y dejarla ahí pero también me pareció que ese final, tal vez no
esperado, ni deseado por el lector, le daba un toque de desconcierto que haría
que el lector necesitara más, y eso siempre es mejor que lo contrario.
El cementerio de las mariposas es un escenario realmente peculiar y que
contrasta mucho con el resto de los escenarios de la novela, ¿Por qué decidiste
utilizarlo? ¿Qué simboliza para ti?
Partimos de la base de que el relato viene motivado por un
hecho real, cruel, horroroso en todos los detalles. Mi intención en todo
momento ha sido la de exponer esa realidad, pero de ninguna manera que
pareciera una crónica periodística si no novelándola y aportando parte de
ficción para hacer su lectura más amena. Por otra parte, y ya puestos a adornar
el producto quise añadirle elementos fantásticos para equilibrar la balanza; el
cementerio es una metáfora, es el catalizador en donde las dos fuerzas de la
naturaleza se fusionan, la eterna lucha entre el bien y el mal; el horror y la
belleza, pugnan por ganar la partida; allí se debate la batalla final y vence
el bien…como es nuestro deseo secreto al fin.
Por último, la pregunta más importante para mí, y probablemente para
todos los lectores de tu libro. ¿Por qué ese final?
¿Por qué ese final? Porque los demás personajes que
intervienen en la novela son seres inmaculados, generosos, bondadosos, almas
simples y limpias, son víctimas de las circunstancias, no han hecho nunca mal
alguno y no podían contaminarse por culpa de un ser abyecto, ensuciar sus manos
de sangre. Por el contrario él no podía quedar impune ante tamaños actos
cometidos. Por otra parte era demasiado fácil repetir el texto de las noticias
del momento y hacer que la policía se encargara de su detención. Creí que era
más atractivo ese final en el que no es detenido, nadie toma la justicia por su
mano, simplemente desaparece desintegrado, se le niega un final humano,
simplemente se le ignora…deja de estar. No hay mejor justicia que la
indiferencia.
¿Porqué leemos tan poco los españoles?
No nos han educado para que sintamos la necesidad de saber, de valorar el conocimiento; reconocer que hay quien puede abrirte los ojos a horizontes que tú , por ti mismo, no tienes capacidad para alcanzar. No nos han preparado para llegar a tener la humildad necesaria para conseguir la sabiduría.
Estamos rodeados de tontos que se creen sabios.
viernes, 8 de julio de 2016
Condena cumplida
Todo comenzó algunos días
atrás presintiendo su cercanía. Se sentía observado, estaba convencido de que
así era. Más tarde la evidencia tras la sospecha no le dejó duda alguna, aunque
sí un insondable pozo de tristeza y frustración en el corazón.
Antes de salir a su encuentro se miró en el
espejo, como si lo hiciera por última vez, se alisó el pelo con una mano y con
la otra comprobó, de forma mecánica, la firmeza del cinturón.
Eran dos hombres; altos, de
imponente aspecto y que parecían ser tan semejantes entre sí que se diría que
eran clones.
Él no podría nunca salir
victorioso en un enfrentamiento tan desigual. Además, era absurdo intentar
librarse del acoso porque, en el improbable caso de que consiguiera deshacerse
de sus perseguidores, vendrían otros dos a relevarlos y otros dos si fuera
necesario…No había escapatoria posible. Debía rendirse, dejarse llevar sin
oponer resistencia, sin condiciones.
Hacía ya algunos años que no
se recreaba en recordar su otra vida. Esta que ahora tenía desde hacía casi
veinte era su verdadera realidad. La otra, la que de nuevo se abría camino
desde los rincones de su memoria, parecía no haber existido nunca. Pero,
quisiera o no, debía volver a ella, y no solo en el recuerdo si no físicamente.
El mundo al que en verdad
pertenecía estaba a 200 años en el futuro. Un mundo que presumía de perfecto de
manera engañosa; oficialmente no se reconocía que existiera el delito. Para
sus dictatoriales artífices era impensable
aceptar que el Sistema fallara hasta el punto de crear rebeldes que
transgredieran las normas de convivencia impuestas por ellos. Sin embargo
ocurría, y lo hacía con frecuencia y eso dejaba al Estado en entredicho si
llegaba al conocimiento popular.
Al fin de una larga búsqueda de soluciones se
optó por enviar a los perturbadores del orden a cumplir su condena en una época
anterior a la suya. Ese era el caso de él y los años de condena impuestos se
habían cumplido. Ahora los dos enviados debían conducirlo a su época en el
futuro, sin más.
Nadie contó con que en esos
años él había organizado de nuevo su vida; tenía esposa e hijos, un hogar y una
profesión. También se había ido sintiendo cada vez más identificado con las
reivindicaciones a las que su nuevo pueblo de adopción aspiraba. No, no estaba
dispuesto a permitir que lo devolvieran a su época, seguiría estando en su
presente-pasado.
Salió al encuentro de sus
enemigos y cuando estaba junto a ellos presionó decidido el botón del cinturón
de explosivos.
Quedó volatilizado al
instante.
Al menos su cuerpo se quedaría
allí.
Su espíritu conocería, al fin,
el más auténtico de los mundos, el
Paraíso.
Fin
jueves, 9 de junio de 2016
Entrevista para el Blog "A través de un libro"
Entrevista a Andrés Hernández
Autor de “El cementerio de las mariposas”
Antes de meternos de lleno en tu nueva novela, me gustaría conocerte
algo más como escritor, ¿Cuántas obras has escrito y cuál es la que te hace
sentir más orgulloso?
He escrito siete obras en veinte años-empecé a escribir a los
45 y después de una vida de lectura
frecuente y mucho interés por llevar a
cabo mi gran sueño de escribir- : tres
recopilaciones de relatos cortos: “Mi turno”, “Relatos en el tintero”,
“MI Blog”, tres novelas: “El Prisco y compañía”, “El camino de don Fernando”,
“El cementerio de las mariposas” y un libro de cuentos infantiles: “Cuentos
para Eva y Sara”. Me siento orgulloso de todo lo que he escrito hasta el
momento, aun reconociendo que no todo lo que sale de la pluma y se plasma en un
folio es válido o tiene una calidad aceptable. Decidirse por uno de tus “hijos” como preferido es una herejía imperdonable.
¿En qué te inspiras al escribir? ¿Quién es tu escritor y tu obra
favorita?
La inspiración para
escribir-en mi caso- llega de la urgencia por aportar mi punto de vista sobre lo que me
rodea, nada me es ajeno y siento la necesidad de interaccionar con los hechos y
circunstancias que coinciden en mi tiempo. Mi escritor favorito de siempre es
Miguel de Cervantes y su magistral obra
Don Quijote de la Mancha, pero hay otros como Juan Rulfo, Rudyard kipling
o John Kennedy Tool que me entusiasman por su calidad y originalidad…y muchos otros también.
¿Tienes algún proyecto en marcha?
En estos momentos estoy dedicado de lleno, y
desde hace dos meses, a documentarme sobre una época, unos hechos y un lugar de
la geografía de nuestro país en donde ocurrieron unos sucesos de tal
envergadura que me han inspirado con tal fuerza que, espero, acabará en una
nueva novela.
En tu nueva novela encontramos personajes muy dispares, ¿Te identificas
con algunos de ellos? ¿Cuál es tu personaje favorito?
Mi personaje favorito de “El cementerio de las
mariposas” es Mariano, y la explicación es porque era mi mejor amigo en la vida
real y falleció inesperadamente a la edad de cincuenta años. Lo hice personaje
de esta historia como homenaje a su recuerdo, a nuestra buena amistad desde la
infancia. No, no me identifico con ninguno de los personajes de esta última
novela, es más, no suelo hacer ningún personaje con el que me sienta
identificado porque huyo expresamente de que en mis novelas se pueda llegar al
equívoco, muy frecuente, de ser interpretadas como algo biográfico lo que en ellas
se propone. Nada más lejos de mi intención que escribir sobre mis propios
sentimientos.
Cuando presentas a uno de los personajes comentas que no le gusta su
ciudad natal, Sabadell, ciudad donde has vivido toda tu vida ¿Es el reflejo de
tu opinión?
Nada que ver con mi opinión ya que amo mi ciudad, Sabadell.
Todo lo que en la novela explico sobre Mariano y su relación con el barrio y
ciudad en la que vivía es real, yo lo conocía a fondo y sé cómo pensaba, qué
sentimientos, complejos e inquietudes tenía y así lo he reflejado para
acercarlo lo más posible a su realidad.Todo lo que he escrito hasta ahora es
producto de inquietudes, necesidades imperiosas de aportar mi punto de vista
sobre hechos que han alterado lo suficiente mi capacidad de sorpresa como para
no pasar de largo sin reaccionar. Este caso fue un golpe terrible para mi grado
de aceptación de las vilezas humanas; el personaje en cuestión vivía dos plantas
por encima de mi vivienda y nada hacía sospechar que aquel joven de veinticinco
años tan amable y educado fuera un salvaje. Llevé esa historia cuarenta años en
la cabeza hasta que decidí escribirla para que no se olvidara tan fácilmente.
Varios de los hechos que ocurren en el libro están basados en crímenes
reales, ¿Por qué decidiste inspirarte en ellos para escribir esta novela?
Todo lo que he escrito hasta ahora es producto de inquietudes, necesidades imperiosas de aportar mi punto de vista sobre hechos que han alterado lo suficiente mi capacidad de sorpresa como para no pasar de largo sin reaccionar. Este caso fue un golpe terrible para mi grado de aceptación de las vilezas humanas; el personaje en cuestión vivía dos plantas por encima de mi piso y nada hacía sospechar que aquel joven de veinticinco años tan amable y educado fuera un salvaje. Llevé esa historia cuarenta años en la cabeza hasta que decidí escribirla para que no se olvidara tan fácilmente.
¿El resto de los personajes son totalmente ficticios?
Excepto el protagonista principal y mi amigo Mariano, sí;
todo el resto es ficción, aunque la niña y su madre están inspiradas en
personas que conozco pero que ellas no están avisadas, ni lo estarán; son las
licencias que se permite el escritor, sus pequeños secretos.
¿Qué parte es la que más te ha costado escribir?
En realidad la parte que más me ha costado – de contenerme-
es la que no he escrito. Esta novela tenía el doble de páginas en mi cabeza;
era una historia más compleja y llena de situaciones y diálogos que al final, y
después de algunas urgencias por terminarla en un tiempo determinado y poder
publicarla en cierta fecha, decidí no extenderme más y finalizarla en un punto
que no era lo que había proyectado pero que me pareció moderado. Me costó
contenerme y dejarla ahí pero también me pareció que ese final, tal vez no
esperado, ni deseado por el lector, le daba un toque de desconcierto que haría
que el lector necesitara más, y eso siempre es mejor que lo contrario.
El cementerio de las mariposas es un escenario realmente peculiar y que
contrasta mucho con el resto de los escenarios de la novela, ¿Por qué decidiste
utilizarlo? ¿Qué simboliza para ti?
Partimos de la base de que el relato viene motivado por un
hecho real, cruel, horroroso en todos los detalles. Mi intención en todo
momento ha sido la de exponer esa realidad, pero de ninguna manera que
pareciera una crónica periodística si no novelándola y aportando parte de
ficción para hacer su lectura más amena. Por otra parte, y ya puestos a adornar
el producto quise añadirle elementos fantásticos para equilibrar la balanza; el
cementerio es una metáfora, es el catalizador en donde las dos fuerzas de la
naturaleza se fusionan, la eterna lucha entre el bien y el mal; el horror y la
belleza, pugnan por ganar la partida; allí se debate la batalla final y vence
el bien…como es nuestro deseo secreto al fin.
Por último, la pregunta más importante para mí, y probablemente para
todos los lectores de tu libro. ¿Por qué ese final?
¿Por qué ese final? Porque los demás personajes que
intervienen en la novela son seres inmaculados, generosos, bondadosos, almas
simples y limpias, son víctimas de las circunstancias, no han hecho nunca mal
alguno y no podían contaminarse por culpa de un ser abyecto, ensuciar sus manos
de sangre. Por el contrario él no podía quedar impune ante tamaños actos
cometidos. Por otra parte era demasiado fácil repetir el texto de las noticias
del momento y hacer que la policía se encargara de su detención. Creí que era
más atractivo ese final en el que no es detenido, nadie toma la justicia por su
mano, simplemente desaparece desintegrado, se le niega un final humano,
simplemente se le ignora…deja de estar. No hay mejor justicia que la
indiferencia.
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